Familia Hernández
Iván_ Siempre te respondo. ¿Y los cubiertos?
Luisa_ ¿Qué?
Iván_ Tus mensajes de texto.
Luisa_ Que me mandes la información de hacienda no es responder.
Iván_ ¿Qué quieres? >Me asfixias
Luisa_ Que te preocupes por mí, que me escuches, que digas cómo estás.
Iván_ ¿Qué te pasa?
Luisa_ Ahí estás. Escuchas cada palabra que le confieso a mi mamá. No haces ni dices nada. Tienes 21. El acné te revienta las mejillas. Has probado de todo y nada. La vergüenza te aplasta desde hace años. Las paredes son azul claro, la grieta está ahí. No puedes hacer o decir nada. Dudas. No te cabe en la cabeza la idea. Luchas por entender en qué momentos pasó lo que yo grito que pasó. No entiendes nada. Repasas cada momento de lunes a domingo de enero a diciembre y no encuentras un solo instante donde pudiera pasar lo que acabo de gritarle a mi mamá. Te pones pálido. Eres tú el que se mete en mi cama. Eres tú el que busca instantes grises para tocarme. Todo viene a ti. La mirada se te agria. No debes tocarte los granos y te rascas. Sientes la sangre correr en tu mejilla. Te cuelgas la mochila y te vas a la universidad. Cierras la puerta con cuidado. No quieres hacer ningún ruido
Iván_ La traquea me truena >¿Pongo o no pongo tu individual?
_
Comentarios